¿Podrá en el futuro medio liderar Estados Unidos al denominado mundo occidental? La profunda crisis interna que le afecta, el ascenso de China y potencias emergentes, y la disminución de su poder global ponen en duda que pueda cumplir esa tarea.
El estadounisense, el único imperio realmente existente en cuanto a la realización de una hegemonía global, ha pasado de no tener rival a verse claramente amenazado en su dominio por otros potenciales imperios, fundamentalmente el chino. El enfrentamiento de dos modelos de globalización, apoyados en distintos modos de producción, podría tener resultados catastróficos.
La pugna con China, a nivel diplomático, económico y tecnológico, la contención de una Rusia que busca recuperar su tradicional área de influencia, y las relaciones con otros actores regionales definen hoy la agenda exterior estadounidense. En el trasfondo, la gran crisis ecológica condiciona todas estas dialécticas geopolíticas, y éstas, a su vez, condicionan y limitan la capacidad de hacer frente a este desafío global.
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Editorial: Estados Unidos, ¿el último imperio occidental?
El excepcionalismo estadounidense requiere muestras constantes de credibilidad, presidencias muy activas y dosis altas de escenificación en el Congreso, todo ello envenenado por la existencia de cálculos políticos condicionados por elecciones de carácter bianual en un clima social cada vez más polarizado. En ese escenario, la estrategia racional para el resto del mundo parecería ser un alejamiento progresivo de esa dinámica tóxica. Los BRICS y lo que hasta ahora se denominaba “sur global” parecen dispuestos a ello. El liderazgo político de la UE, por el contrario, parece adicta a los desarrollos en ese país y le costará desengancharse. Mientras tanto, la dinámica del excepcionalismo sigue en marcha, aunque con una situación interna cada vez más deteriorada y que, según algunos, podría terminar en una guerra civil.
"Antes, todos querían ser labradores de la historia; nadie quería ser estiércol de la historia […] Pero ¿se puede arar la tierra sin haber echado antes el abono? Algo ha cambiado, porque ahora hay quien se adapta filosóficamente a ser estiércol, el que sabe que tiene que serlo y se adapta" (Antonio Gramsci)